POLICÍA FORAL

Los 200 guardias civiles de Tráfico de Navarra desconocen su futuro a una semana del traspaso

guardia civil Navarra
La cesión de Tráfico a Navarra se alargará cuatro años.
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

En enero de 2020 el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, aseguró que la Guardia Civil no saldría de Navarra después de que el PNV acordara con el PSOE que fuera la Policía Foral de Navarra la que asumiera las responsabilidades de las competencias de Tráfico en la Comunidad a Foral. Aquellas declaraciones del ministro fueron interpretadas como una especie de cortafuegos con el que el ministro zanjaba las dudas y las preocupaciones de la Guardia Civil sobre su futuro en Navarra. Nada como que Marlaska asegure el futuro de una institución centenaria para que la incertidumbre crezca de manera exponencial. El 1 de diciembre la Guardia Civil dejará de patrullar las carreteras navarras para dar paso a la Policía Foral. El problema es que ahora mismo nadie sabe a ciencia cierta cuál será el destino de cerca de 200 guardias civiles en Navarra.

Hay dos situaciones que complican la inminente transferencia. Pese a que Marlaska aseguró que era un paso pendiente de dar y que no tenía que ver con las negociaciones para formar gobierno, lo cierto es que las fuentes consultadas por OKDIARIO aseguran que, si bien a efectos de cualificación los policías forales podrían asumir una competencia tan compleja como el Tráfico, a efectos de número de efectivos es un reto mucho más complicado. Lo que demuestra que el acuerdo sí era político es que va a existir un periodo de transición en el que forales y guardias civiles puedan coincidir en las carreteras y el motivo básicamente es porque no hay suficientes efectivos en Navarra.

Hace poco el cuerpo policial autonómico apenas superó el millar de efectivos y sus mejores previsiones son que en 2023 sean 1.200 agentes. Teniendo en cuenta que son 200 los guardias que dejaran de patrullar en Navarra el departamento de Interior foral deberá dedicar un importante porcentaje de su plantilla sólo a esas labores. Pero ese no es el único problema al que se enfrentan los guardias civiles destinados en esa comunidad autónoma. Igual que ha sucedido en otras comunidades autónomas en las que sus policías regionales han sustituido a los cuerpos nacionales para determinadas tareas, los guardias civiles de Tráfico en Navarra tienen dos opciones: seguir trabajando en su puesto, pero en otra comunidad autónoma o recurrir a la conocida como pasarela laboral.

En algunas ocasiones, cuando se dan estas circunstancias, hay agentes que o bien son naturales de la zona o han hecho familia durante su servicio, así que el uso de la pasarela para convertirse en policía autonómico es más que interesante para ellos. De hecho hasta suele resultarles ventajoso el cambio, así que en Navarra sería una solución más que interesante para ambas partes: Navarra mantiene intacta su plantilla y asume el control del Tráfico con guardias civiles reconvertidos y esos agentes no desarraigan a sus familias marchándose a otra comunidad. Perfecto. Hasta que Eusko Langileen Alkartasuna-Solidaridad ha dicho lo contrario.

Sindicato abertzale

¿Y estos quiénes son y qué tienen que decir? ELA se trata de un sindicato abertzale con presencia en Navarra que aboga por aumentar la plantilla de la Policía Foral de Navarra para poder ocuparse de la gestión de áreas tan complejas como la de Tráfico. Pero ELA tiene una visión muy concreta y particular de la Policía Foral y lo que tienen claro es que no quiere a la  Guardia Civil en la Policía de Navarra.

En la anterior legislatura ya se abrió el debate de recibir guardias civiles en la Foral y ELA se mostró muy crítica. La opción pasa por una convocatoria de Oferta de Pública de Empleo público para ampliar la plantilla policial sin que los guardias civiles tengan ningún tipo de ventaja con respecto a otros aspirantes. ¿Y eso por qué? Ellos lo defienden textualmente así: “En ningún caso deben tener prioridad los miembros de cuerpos de naturaleza militar como la Guardia Civil”. Se ve que los guardias no encajan en su modelo de Policía foral “profesional, de carácter civil, con perspectiva de género y donde se respeten los derechos lingüísticos de la ciudadanía”. Pese a tratarse de un sindicato vasco parece que tienen bastante ascendencia en lo que pueda ocurrir dentro de la Policía Foral, lo que tampoco extraña tratándose este traspaso de competencias de la consecuencia de una iniciativa del Partido Nacionalista Vasco.

Las asociaciones profesionales de guardias civiles no ocultan su malestar y preocupación por sus compañeros en Navarra. Malestar porque parece que van a convivir con los forales en las carreteras de Navarra hasta que estos dejen de necesitarlos, y preocupación porque nadie les garantiza el futuro inmediato de sus compañeros. Aunque esa preocupación ya existía desde el día que Marlaska les aseguró que no tenían que preocuparse por nada.

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